Aunque ya cumplió con su tratamiento y tiene alta medica, la pequeñita de 5 años, sigue sin poder ingresar al Jardín de Niños Guadalupe Campos Solís
Una pequeñita de cinco años, comienza a sentir vergüenza y hasta desánimo, ante lo que antes era alegría por acudir a la escuela para aprender muchas cosas todos los días y jugar con sus compañeritas y compañeritos.
La tristeza y el miedo han transformado a la menor, la escuela ya no le entusiasma, y es que un brote de pediculosis en el “Jardín de Niños, Guadalupe Campos Solís”, la ha hecho “blanco” de discriminación y se le ha prohibido el ingreso.
Su abuelita, doña Rocío, quien se encarga de cuidar a su nieta y llevarla a la escuela, cuenta a Crónica, que en el plantel, le llamaron de manera urgente, por un brote de pediculosis, “y tenía que llevarla al médico para solucionar esta situación”.
Para ello, personal del jardín de niños “Guadalupe Campos Solís”, la cual es de tiempo completo, y se encuentra ubicada en la calle de Abraham González, en la colonia Juárez, le dio un pase de atención a la clínica donde fue atendida por la doctora que da servicios médicos a los infantes en el plantel educativo, y quien después del tratamiento, correspondiente, extendió el alta médica, para que la pequeña volviera a clases.
Todo esto sucedió, -añadió doña Rocío-, hace como 15 días, ósea, a finales de enero, y el pasado miércoles (15 de febrero), cuando llevé a mi niña a la escuela, el personal de la escuela le negó el ingreso.
Con la finalidad de que la menor no tuviera más problemas en la escuela, su familia tomó la decisión de cortarle su cabello, que le llegaba un poco más debajo de los hombros, y prácticamente su bella carita, ahora luce un corte de niño, situación que la puso aún más triste “aunque el cabello vuelve a crecer, todo esto ha puesto muy triste a mi nietecita, y no se vale, todo lo que está viviendo porque nada de esto es su culpa”.
Tomada la decisión, el pasado miércoles se presentó con un gorro en la cabeza, “le dijimos que no se lo quitara, para que no se le volvieran a pegar los piojos, porque esos animales son muy difíciles de erradicar”, pero la subdirectora argumentó que llevaba liendres.
“La maestra que le prohibió el ingreso, fue grosera, y asumió una actitud prepotente, como si mi nieta tuviera la culpa de lo que le estaba pasando, o si ella fuera la única en toda la escuela con ese problema, y la verdad es que es la segunda vez que le pegan los pipis (al referirse a los piojos), y yo lo que digo es que me la están discriminando, porque ya no tiene piojos, pero aunque todavía los tuviera, que no es el caso, porque ya terminó su tratamiento y le revisamos bien su cabecita y no tiene nada, no tienen por qué seguirle negando el acceso a la escuela, y me preocupa porque mi niña esta muy triste y ya tiene miedo de presentarse a la escuela”.
“Yo espero que mañana lunes que la lleve a la escuela ya la dejen entrar, porque tampoco se vale que estemos pagando el servicio de comedor, porque ahí comen los niños, y nos cobran 710 pesos al mes, que puntualmente sin falta, y la verdad es que tampoco estamos para andar regalando el dinero. Y no quiero que mi pequeñita siga triste por toda esta situación, que no es su culpa”, y si no, demandó que las autoridades educativas correspondientes, tomen cartas en el asunto.